En 1984 se reunió por primera vez la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, partiendo de la convicción de que es posible para la humanidad construir un futuro más próspero, más justo y más seguro.

En 1987, la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo (UNCED), a través del Informe de la Comisión Brundtland, introdujo el concepto de “Desarrollo Sostenible” definiéndolo como el desarrollo que satisface las necesidades actuales de las personas sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las suyas (ONU, 1987).

El concepto de Desarrollo Sostenible surgió de la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, que reunió a la mayoría de los países del mundo en Estocolmo, Suecia, en 1972, para discutir temas ambientales a nivel mundial por primera vez. Como resultado, en 1982, la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo se reunió para diseñar un programa global para el cambio. Este trabajo derivó en 1987, en el informe “Nuestro Futuro Común” (CMMAD, 1997) también conocido como el “Informe Brundtland” (por el apellido de la Ex Primer ministro de Noruega, Gro Harlem Brundtland, que lo presidió) definiendo el término Desarrollo Sostenible (Conte Grand et al., 2018).

Una segunda conferencia similar se convocó veinte años después en Río de Janeiro (Brasil, 1992), conocida como la Cumbre de la Tierra. En esa reunión se aprobó la Agenda 21, un plan de acción con miras a lograr el Desarrollo Sostenible en el siglo XXI. De esa reunión surgieron, además, tres convenciones específicas: biodiversidad, cambio climático y desertificación.

Diez años después de Río, en 2002, los países se reunieron una vez más para acordar las acciones de Desarrollo Sostenible en Johannesburgo, Sudáfrica, en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible.

En 2012 se realizó la "Cumbre de Río + 20" la cual se llevó a cabo veinte años después de esa primera reunión en 1992 en la misma ciudad en Brasil. La declaración fue titulada "El futuro que queremos" al iniciar el proceso para definir la agenda de desarrollo que guiará el trabajo de todo su sistema a partir del 2016 y hasta el 2030. En este contexto hubo una amplia gama de iniciativas, mecanismos y procesos que se pusieron en marcha para definir la agenda internacional del Desarrollo Sostenible 2030. Se destacaron el Panel de Alto Nivel y el Grupo Abierto de Trabajo.

El Panel de Alto Nivel de Personas Eminentes sobre la Agenda para el Desarrollo 2030 (Panel de Alto Nivel) fue creado por el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en el mes de junio de 2012, con el fin de que 27 expertos de los sectores público y privado brindaran recomendaciones para la formulación y consolidación de la nueva agenda. En esta primera fase de la Agenda 2030, el Grupo de Trabajo Abierto, con representantes de 70 países, tuvo su primera reunión en marzo de 2013, en julio de 2014 presentó la propuesta final con 17 objetivos y 169 metas y el borrador fue presentado a la Asamblea General de la ONU en septiembre del mismo año. La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Resolución 68/309 mediante la cual decide que la propuesta de Objetivos contenida en el Informe del Grupo Abierto de Trabajo será la base principal para integrar los ODS (Cancillería de Colombia, s. f.).

Finalmente, se llevó a cabo el proceso intergubernamental en 2015, en el que se realizaron ocho rondas de negociaciones intergubernamentales, con aporte de una amplia variedad de actores, que culminó con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible que incluye los ODS. En septiembre de 2015, la 70º Asamblea General de las Naciones Unidas celebrada en Nueva York consiguió que 193 Estados miembros se comprometieran a ampliar su lucha para frenar la degradación medioambiental con los nuevos ODS para 2030 (Naciones Unidas, 2015).

En octubre de 2018, UNAI (Impacto Académico de las Naciones Unidas) anuncia su primer grupo de “Hubs” o centro de actividades para los ODS, conectando a las universidades e institutos universitarios con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. La UNAI es una iniciativa que vincula a las instituciones de Educación Superior en todo el mundo con las Naciones Unidas, con el propósito de apoyar la realización de los objetivos y mandatos de la Organización, incluyendo entre otros, la promoción de los derechos humanos, el acceso a la educación, la sostenibilidad y la resolución de conflictos.

Fuente | www.onu.org.mx

Para alcanzar el éxito en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y mediante ellos dar respuestas a los desafíos mundiales más acuciantes que enfrenta la humanidad tales como: acabar con la pobreza y promover la prosperidad económica, la inclusión social, la sostenibilidad medioambiental, la paz y el buen gobierno para todos los pueblos para el 2030; es fundamental gestionar y aunar esfuerzos entre los distintos sectores tanto el sector público, como el sector privado, las organizaciones sin fines de lucro y la academia.

Ningún esfuerzo aislado producirá los frutos necesarios para la sostenibilidad del planeta. Para esto es necesario trabajar de forma sinérgica en pos de una visión común de futuro. En palabras de Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, “un futuro sostenible para todos traerá consigo dignidad humana, inclusión social y protección del medio ambiente. Un futuro en el que el crecimiento económico no agrave las desigualdades, sino que cree prosperidad para todos; en el que las zonas urbanas y los mercados de trabajo se conciban de manera que empoderen a todos y en el que las actividades económicas, tanto las de las comunidades como las de las empresas, tengan una orientación ecológica. El Desarrollo Sostenible es la creencia de que no puede darse desarrollo humano sin un planeta sano. Emprender la nueva Agenda de los ODS nos impone a todos reflexionar acerca de la finalidad última del aprendizaje a lo largo de toda la vida. Porque no hay nada que se acerque al poder que tiene la educación, si se realiza correctamente, de criar ciudadanos empoderados, reflexivos, comprometidos y competentes, capaces de trazar el camino a seguir hacia un planeta más seguro, más ecológico y más justo para todos” (UNESCO, 2017).